En busca de la melodía perfecta

¿Qué distingue una canción de otra? ¿Por qué retenemos en nuestra memoria unas canciones y no otras? ¿Qué convierte una melodía en clásica, es decir, la melodía que nunca desaparece de nuestra cultura, por más tiempo que pase? Es una compleja pero atractiva cuestión. Muchos han sido los musicólogos - e incluso filósofos o científicos - que se han planteado estos interrogantes. Todos nosotros tenemos nuestra propia experiencia al respecto; no es necesario ser experto para tararear esa canción que llevas años escuchando y - misterios de la vida - nunca te cansa.

Los amantes de la Ciencia Ficción tal vez recuerden un relato de Arthur C. Clarke, titulado "La melodía ideal", en el que un científico, obsesionado por la búsqueda de la "melodía perfecta", diseña y construye un artilugio que, acoplado a su cerebro, interpreta sus propias ondas cerebrales y, por medio de un complejo y sutil mecanismo, crea su "melodía ideal", tan personal e intransferible como las huellas dactilares... el resultado es catastrófico, pero prefiero no desvelar el final, por si queréis leerlo. Este ingenioso planteamiento del genial escritor no es único en la historia. En 1.949, Joseph Schillinger publica "Una Teoría Matemática de la Música", libro en el que defiende la posibilidad de crear melodías perfectas a base de combinar fragmentos de melodías preexistentes. A partir de ahí, y durante los años cincuenta, los laboratorios de la RCA, en Estados Unidos, fabrican un sintetizador - el MK I - que, gracias a tarjetas perforadas, pretendía dilucidar esta cuestión. Por medio de combinaciones aleatorias, el sintetizador creaba melodías que eran analizadas por músicos y científicos. El experimento no llegó a demostrar la teoría de Schillinger, pero la investigación y el desarrollo de esta tecnología puso el cimiento de lo que años más tarde se convertiría en la industria de los sintetizadores.

El Sintetizador MK I
El tiempo pasa y, con la era digital y los ordenadores, los informáticos siguen en busca de ese "Santo Grial", ese proceso cercano a la alquimia que intenta mezclar los ingredientes necesarios para lograr una melodía perfecta... sin conseguir resultados. Parece que esta cuestión ha sido siempre esquiva a los investigadores, que no han dado con la fórmula maestra. Y en este caso, transmutar plomo en oro significa publicar un producto perfecto para millones de consumidores que no podrán sacarse de la cabeza esa canción que tanto suena por la radio, y querrán adquirir a toda costa. No deja de ser una perspectiva algo siniestra. Afortunadamente, el asunto no es tan simple. Toda la tecnología pasada y presente - sea a partir de discos de cera, cintas magnetofónicas o ceros y unos - no ha logrado alcanzar al cerebro humano en ésta cuestión, como en tantas otras.

Entonces... ¿qué ingredientes tiene la melodía perfecta? Sabemos que, de momento, la ciencia no puede fabricarla, así que todo queda en manos de poco más de un kilo de materia gris, como ha sido desde el comienzo de la historia. Hay muchas melodías perfectas, pues son ya muchos siglos de composición musical... Seguramente cada persona tiene su propia melodía perfecta. Si me permitís que ponga mi ejemplo particular, os propongo esta melodía, que entra ya en su tercer siglo de existencia.





Aún se discute la autoría de este bello Romance popularizado por el gran Narciso Yepes pero, discusiones de expertos aparte, centrémonos en la melodía. No es compleja, más bien todo lo contrario. No requiere entendidos en la materia para ser apreciada. Simplemente fluye con naturalidad, con sencillez. Si se escucha por primera vez, puede adivinarse en alguna medida hacia dónde se dirige, aunque tiene la rara virtud de sorprender hasta ciertos límites. Es romántica, sin ser  melosa, es intimista pero popular. Tiene muchos ingredientes mezclados por el talento del compositor, que escribe su obra en un entorno cultural determinado que es, al fin, nuestro propio entorno cultural. Su compositor ha puesto todo su talento y su trabajo para crear una melodía que ha llegado hasta nuestros días. En el periodo de la música clásica hay muchas muestras de melodías perfectas, y ya en nuestra época, músicos de variados estilos han alcanzado también esta perfección. Se trata simplemente de una cuestión de talento y trabajo. Talento para saber combinar las notas de modo que su sucesión cree belleza, no solamente pasajera, sino permanente, y trabajo para afinar el talento poco a poco, pues la intuición debe trabajarse... 

Melodía perfecta no es igual a melodía pegadiza. Las melodías perfectas perduran a lo largo del tiempo, las pegadizas no necesariamente. Tienen un "algo más" que las hace eternas, tanto es así que no hay que pasar más que el filtro del tiempo para que queden las melodías ideales, reconocidas más o menos de forma unánime como tales. Pegadizas son las canciones del verano, pero os reto a que me digáis cuál fue la canción del verano de 1.987, por ejemplo, y no vale mirar en Internet. Melodías perfectas son Yesterday, o Samba pa'ti o Sleep Walk o Smoke gets in your eyes o Mr. Blue Sky... Más allá de preferencias personales, las melodías perfectas sobreviven al paso del tiempo y entran a formar parte de nuestra cultura. Por eso sería terrible que una máquina pudiera crearlas con una simple combinación de notas... sería como un rostro perfecto en un mundo de rostros perfectos: apenas nada. La música languidecería incapaz de sorprender. Más o  menos lo que hacen las multinacionales ahora.



Comentarios

  1. No existe la fórmula exacta, pero sí formas para acercarse. La primera al parecer son los cuatro acordes típicos de casi toda la música pop. La segunda y ya no tan "fórmula real" sería el dejar fluir los sentimientos. Si al compositor le conmueve esa melodía, fácilmente lo haga también al resto. En las letras de canciones es lógico hablar de temas que los receptores puedan hacer suyos. Eso sí, y para dar una vuelta de tuerca más. Para hacer una creación genial y de calidad tendríamos que saltarnos los estandartes y romper los esquemas. Si conseguimos hacerlo bien, lo que en un principio puede parecer una locura podrá llegar a ser tildado finalmente de genial (pero es muy complicado llegar a esos niveles). Un precioso tema y de difícil respuesta, y más teniendo en cuenta como la cultura y la moda cambian nuestros gustos personales continuamente. Un placer ;)

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    1. ¡Vaya Víctor! Se nota que has meditado mucho sobre este tema... estoy de acuerdo en que no hay una fórmula exacta. Has apuntado además algunos puntos que me parecen muy interesantes:

      - Los cuatro acordes básicos del pop: desde luego, es un primera paso, aunque hay quien dice que estos acordes básicos están caducando, no lo sé.
      - Dejar fluir los sentimientos: esto me parece válido para toda música, aunque ahora mismo pienso en Kraftwerk, que tienen grandes melodías sin poner sentimiento. Seguramente para tí el sentimiento es básico en la melodía (como al común de la gente, supongo)
      - Al compositor le conmueve la melodía, por tanto también a los demás, un punto muy interesante, y verdadero.
      - Las letras: influyen, desde luego!
      - Romper esquemas: como hicieron las grandes bandas en su momento, o Bach o Debussy tiempo atrás, por ejemplo.

      También coincido contigo en que es muy complicado ser tildado de genio después de ser llamado loco... hay ejemplos en la música, ¿no?

      Muchas gracias por el aporte y el comentario, un placer ;)

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  2. Yo siempre he pensado que la melodía perfecta estaría regida por alguna fórmula matemática que consiga, desde un caos inicial, un equilibrio total o simetría mediante algo así como "notas espejo". Algo así como la teoría de los universos paralelos.
    Una curiosidad: mientras leía el artículo se me venía a la mente Mr Blue Sky de la E.L.O. y unas líneas más abajo tachannnn!!!

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    1. Otro apunte muy interesante, Nieves!! ¿Existe esa fórmula matemática, aunque no haya sido encontrada? Tal vez. Has dado en el clavo con otros ingredientes de la melodía perfecta: equilibrio total (o belleza mantenida a lo largo de los compases) y simetría (ya que la belleza es simétrica). Yo lo veo igual que tú, pero no se me había ocurrido nada parecido a la simetría o las "notas espejo". Tu comentario me recuerda a la música de las esferas... voy a meditar sobre ello, especialmente sobre tu idea de los "universos paralelos".

      "Una curiosidad: mientras leía el artículo se me venía a la mente Mr Blue Sky de la E.L.O. y unas líneas más abajo tachannnn!!! "

      Jajajaja! Pues ya es casualidad. Está claro que estamos tú y yo en el mismo Universo...

      Muchas gracias también!!

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  3. Melodía perfecta, como Breakup??? jejejeje

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    1. Jajajajaja!! Bueno, bueno, perfecta, perfecta... para mí, lo es, jajajaja! (dentro de las limitaciones que tiene uno, jajajaja)

      Una prueba de que una melodía puede mejorar mil veces con un buen intérprete...

      Por si alguien tiene curiosidad...

      http://musicaparaelbunker.blogspot.com.es/2010/06/woodlander-breakup-el-video-clip.html

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  4. Yo prefiero pensar que la melodía perfecta no existe, porque si existiera, la música no tendría futuro, se apagaría porque nunca podría ir más allá de donde ya ha llegado. Pero coincido contigo totalmente en que las melodías más cercanas a la perfección son aquellas que perduran a lo largo del tiempo, y que años y más años, o incluso siglos después, son capaces de emocionarte y seguirte sorprendiendo de la misma manera que cuando se compusieron. Y eso es arte para mí, un arte que el "music business" está empeñado en cargarse, sobretodo por este mundo de capitalismo extremo en que vivimos, en el que solo valen los resultados (ventas/dinero), por encima de cualquier consideración, y donde a nadie parece interesarle la calidad de lo que se hace, lo cual es irónico, porque las grandes discográficas cuando han hecho más dinero, hablando desde un punto de vista pop, es con los artistas que quisieron hacer arte, no basura comercial.

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    1. Pues no eres el primero que comenta eso, Fran, de que la melodía perfecta no existe, sería bastante gracioso, estando todo el mundo buscandola como locos... Es verdad que es todo un arte, puesto en peligro por el "business". Está claro que la música siempre ha sido un negocio, pero has dado en el clavo al hablar de la relación "ventas-dinero". Y también estoy de acuerdo es que si das libertad a los músicos que quieren - o quisieron - hacer arte, los resultados cambian...
      Gracias por el comentario!!

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  5. Difícil cuestión. Creo que no existe la melodía perfecta, porque siempre estaremos hablando de algo subjetivo para poder evaluarla. ¿Qué es algo perfecto? Algo con la máxima excelencia, con la máxima cualidad. ¿Quién mide eso? Sí es cierto que, tal y como dices, una referencia es el tiempo, me parece acertadísima esa opinión, aunque aparte del tiempo, lo que más influye es su lanzamiento y difusión, ya que si un tema bueno es correctamente difundido y, sobre todo, archivado bien a través de partituras u otros medios, tiene más garantías de que sobreviva al paso de los años. En fin, Pablo, un tema muy interesante sobre el que seguro que hay muchísimas opiniones.

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    1. Pues sí, tienes razón, hay muchas opiniones, para un tema muy complejo y sobre el que nadie acaba de ponerse de acuerdo, tal vez porque la melodía perfecta es algo muy relativo que depende de cada uno... tenemos el criterio de que "sobrevivan en el tiempo", pero aún así no hay acuerdo, por ello coincido contigo. También es lógico pensar, ahora que lo comentas, que debe estar bien editado y distribuído, para que no se duerma en un cajón... ¿cuántos temas geniales se habrán quedado sin conocer? ¿Quién mide la cualidad de una melodía? Pues ahora mismo sólo se me ocurre que lo mide el tiempo, que es el que pone todo en su lugar... ¡gracias por comentar!

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  6. Uuuffff... Vaya dilema. Por todos es sabido que la música se basa en las matemáticas. Tempo, etc... Pero hay "algo" inherente al ser humano que hace que vibre esa sensible cuerda que tenemos en el ¿alma?, y que hace que entendamos una melodía como perfecta. Eso va a ser difícil que salga una máquina que fabrique esa "melodía perfecta". Por ahora están saliendo programas que son capaces de componer por sí solos; pero realmente lo que hacen (supongo) es generar composiciones, más o menos complejas, ajustándose a unos patrones de tempo, estructura, notas, etc... vamos: matemáticas. Un ejemplo, mirad esto:
    http://www.granadahoy.com/article/ocio/439090/musica/sin/partitura.html

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    1. Pues es muy interesante el artículo, Salva... no tenía ni idea de que existiera un programa parecido, por lo menos son honestos y no pretenden sustituír al compositor, que como dices debe sacar la música del alma - o lo que sea - y emocionar al que escucha, no sé si las máquinas serán capaces de lograr eso... está claro que si nos límitamos a las matemáticas, cualquier máquina puede hacer algo parecido, pero ponerle sentimiento es otra cosa... gracias por el comentario!!

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