Space Rock
Las clasificaciones de los géneros musicales son a menudo arbitrarias e imprecisas, pero está claro que son necesarias para no perdernos en el maremágnum de corrientes, subgéneros, derivaciones y subdivisiones de este gran árbol del rock cuyas ramas se extienden desde hace décadas. La multitud de estilos hace necesaria una clasificación para que todos sepamos dónde diablos estamos... Hoy vamos a tratar un subgénero del rock progresivo: el Space Rock, o Rock Espacial, que tiene insignes representantes que han marcado profundas huellas en su paso por la historia musical.
El punto de partida de este subgénero se localiza en un hecho muy apartado del rock como es el nacimiento de la era espacial. Las proezas - a menudo controvertidas - que tanto los norteamericanos como los rusos realizaron en los cincuenta y los sesenta, en el campo de la astronáutica, incendiaron la imaginación de una generación de jóvenes en todas partes del mundo. Estos jóvenes, con el tiempo, aprendieron a tocar instrumentos musicales y a componer, e incorporaron toda la imaginería del espacio a sus obras... era la época en que la conquista de la atmósfera se vivía como un acontecimiento fenomenal. Y la música no estuvo exenta de su influencia, desde luego.
Normalmente se considera un subgénero nacido a finales de los años sesenta, pero ya en los cincuenta un atrevido productor norteamericano, Joe Meek, publica I Hear a New World (1.959), álbum considerado como el primer antecesor del Space Rock. Obsesionado por la llamada carrera espacial entre las dos potencias mundiales y por hipotéticos contactos con formas de vida extraterrestres, Joe Meek da forma a un trabajo que tuvo un inmenso éxito. En 1.961 alcanzó la cumbre con Telstar, una oda al famoso satélite de comunicaciones, tema en el que utilizó el Claviolín, un antepasado de los sintetizadores. Joe Meek era un auténtico genio que podría haber dado al mundo más música impresionante. Por desgracia, durante los sesenta sufrió episodios de paranoia - llegó a profanar tumbas para colocar magnetófonos, en busca de supuestas voces ultraterrenas - y puso fin tristemente a su vida suicidandose, después de haber asesinado a su casera, en 1.967, a los treinta y siete años.
El álbum de Joe Meek no es propiamente Space Rock, pero sí comparte con los futuros trabajos dedicados a este subgénero dos de sus características más importantes: la pasión por la temática espacial y el uso de modernas técnicas de estudio y de órganos y teclados eléctricos, posteriormente sintetizadores. A finales de los sesenta, la llegada del rock sicodélico y del emergente rock progresivo sirve de caldo de cultivo para el nacimiento del Space Rock como subgénero reconocido. En 1.967, un Syd Barrett un tanto desquiciado crea Interstellar Overdrive, perteneciente al álbum The Pipers at the Gate of Dawn, debut de su banda, Pink Floyd, por aquel entonces los niños terribles de la sicodelia, que se vieron favorecidos por el hecho de que les dejaron hacer lo que les dio la gana, y disfrutaron de total libertad para experimentar con el sonido. En su segundo disco, A Saucerful of Secrets, ahondaron en los temas espaciales en varios temas, como por ejemplo, en Set the Controls for the Heart of the Sun.
Más moderado en los planteamientos, el también británico David Bowie publica en 1.972 Space Oddity, considerado como uno de los álbumes más representativos del Space Rock. El inolvidable tema que da nombre al disco es sin duda legendario. Todo buen aficionado al rock de los setenta recuerda la hermosa epopeya de Major Tom, el astronauta que, sentado en una lata, gira alrededor de la luna, perdido y rodeado de estrellas. De nuevo, el uso de instrumentos eléctricos pioneros, como el estilófono, un pequeño sintetizador - no mucho más grande que una cartera de bolsillo - que se tocaba con un lápiz de plástico. Space Oddity es un disco fundamental en esta corriente, repleto de influencias de los sesenta, letras oscuras y metafóricas, melodías perfectas e imaginativos arreglos.
Poco a poco, el Space Rock se va definiendo a sí mismo, mediante el uso generalizado de teclados y sintetizadores, guitarras eléctricas muy retocadas con efectos de estudio para dotarlas de un sonido más etéreo, más atmosférico, tiempos lentos o muy lentos, utilización de argumentos de ciencia ficción para las letras, ambientes cósmicos. Tal vez la banda que mejor representa este estilo es Hawkind. Formada en 1.969, la banda londinense publicó, a principios de los setenta, álbumes que giraban en torno a la temática espacial, desde un punto de vista bastante sicodélico. Del año 1.971 es su disco In Search of Space, que fue muy alabado por la crítica de aquel tiempo, que hizo hincapié en el inteligente uso de los sintetizadores, sin duda el instrumento perfecto para embarcarnos en viajes por el espacio exterior. Además, el escritor de ciencia ficción Michael Moorcock les ayudó en las letras de algunos de sus temas. Sus improvisaciones sobre un solo acorde, sus ritmos hipnóticos y repetitivos hacen de este álbum un referente en el Space Rock.
No tan conocidos, los también ingleses Flaming Youth publicaron un poco antes, en 1.969, su álbum conceptual Ark 2. Aquel año fue el de la llegada de la Humanidad a la luna. Los medios de comunicación estaban absolutamente centrados en esta noticia, y de alguna manera los álbumes con temática espacial gozaron de un mayor predicamento entre los críticos musicales. En concreto, Ark 2 narraba las vicisitudes de una raza humana abocada a abandonar un moribundo planeta Tierra. La crítica musical destacó en su momento la calidad de sus músicos y sus acertadas melodías. Era el álbum debut del grupo y había muchas expectativas puestas en ellos. Por desgracia, los promotores de este álbum no supieron encontar un espacio comercial. Los programas de radio estaban basados en la radio-fórmula - unicamente emitían canciones pop de dos o tres minutos de duración - y la televisión carecía de programas especializados en este tipo de música, así que el disco no llegó al público de manera masiva, de ahí que las ventas fueran pobres... la banda se disolvió poco después. Su batería, un jovencísimo Phil Collins, haría algo más tarde una audición para Genesis, y el resto es historia.
Parece que a mediados de los setenta el Space Rock se diluye en el torrente del rock progresivo, y su pista se pierde en el tiempo, hasta que, a finales de los ochenta, a alguien se le ocurrió que el término Space Rock encajaba muy bien con el estilo de determinados grupos de rock alternativo que habían surgido en Estados Unidos e Inglaterra como una contracultura frente a la mecánica y enlatada música ochentera. Pero los tiempos habían cambiado, la música rock se había transformado totalmente y atrás quedaban los excesos de los Pink Floyd y el lirismo de Bowie. El nuevo rock espacial estaba encarnado en varios subgéneros, principalmente en el denominado Shoegaze (este nombre viene de la actitud o pose que estas nuevas bandas adquirieron en los conciertos: tocaban sus instrumentos casi inmóviles y con la cabeza agachada, se decía que "miraban sus zapatos", de ahí "shoegaze", o, literalmente, "mirar a los zapatos", en inglés).
Ahora el panorama ha cambiado: las guitarras toman el protagonismo, pero no pierden los efectos de sonido del rock espacial. Las pedaleras aplican distorsión, reverberaciones y efectos, y se aplican capas y más capas de guitarras hasta crear un sonido denso, casi compacto. La experimentación vuelve a los estudios de música, aparece la neo-sicodelia, se abandona la temática espacial (con alguna excepción muy honrosa) pero se mantiene la atmósfera. Desde aquí sólo se puede hablar de influencias del Space Rock, más que de una continuación genuina del estilo... Un ejemplo de esta nueva ola es la banda irlandesa My Bloody Valentine, que en 1.991 publican Loveless, su segundo y último álbum. Aunque económicamente fue un auténtico desastre y casi llevó a la quiebra a su discográfica, Creation Records, ha permanecido como un referente a la vanguardia de esta hornada de nuevas bandas alternativas. Otro grupo muy destacado en esta etapa es The Flaming Lips, una extraña banda dedicada a la sicodelia adaptada a los tiempos modernos, que responde claramente a las influencias del Space Rock... melodías dulces, de nuevo capas y capas de guitarras, rock atmosférico suave, con títulos de canciones tan sugerentes como What Is the Light? (An Untested Hypothesis Suggesting That the Chemical [In Our Brains] by Which We Are Able to Experience the Sensation of Being in Love Is the Same Chemical That Caused the "Big Bang" That Was the Birth of the Accelerating Universe). Tal vez algo complicado para los locutores de radio.
En la actualidad, la banda mejor encuadrada en el Space Rock - o lo que queda de él - es Muse. Banda de supertalentos, liderada por Matthew Bellamy, es una de las más importantes formaciones musicales de la actualidad y - ahora viene una apreciación puramente personal, y como tal hay que tomarla - uno de los pocos grupos que aportan calidad en el patético panorama musical de la actualidad, al menos en el ámbito más comercial. Con influencias tan dispares como Queen o Philip Glass, Muse aporta un poco de esperanza al desolador paisaje, un rayo de luz en la oscuridad, inspiración a raudales, rock resucitado de las cenizas, originalidad y talento al mayor nivel. Sus letras hablan de agujeros negros masivos, física cuántica, efectos mariposa, revelaciones, condenación y absolución, simetrías físicas, en un sentido alegórico. Rock sólido, energético, combinado con pianos del Romanticismo. No todo está perdido. Prueba de la magnitud de esta banda es el inmenso éxito, la enorme cantidad de fans que siguen sus trabajos y actuaciones, demostrando que el público es inteligente y sabe apreciar la calidad...
En la actualidad, la banda mejor encuadrada en el Space Rock - o lo que queda de él - es Muse. Banda de supertalentos, liderada por Matthew Bellamy, es una de las más importantes formaciones musicales de la actualidad y - ahora viene una apreciación puramente personal, y como tal hay que tomarla - uno de los pocos grupos que aportan calidad en el patético panorama musical de la actualidad, al menos en el ámbito más comercial. Con influencias tan dispares como Queen o Philip Glass, Muse aporta un poco de esperanza al desolador paisaje, un rayo de luz en la oscuridad, inspiración a raudales, rock resucitado de las cenizas, originalidad y talento al mayor nivel. Sus letras hablan de agujeros negros masivos, física cuántica, efectos mariposa, revelaciones, condenación y absolución, simetrías físicas, en un sentido alegórico. Rock sólido, energético, combinado con pianos del Romanticismo. No todo está perdido. Prueba de la magnitud de esta banda es el inmenso éxito, la enorme cantidad de fans que siguen sus trabajos y actuaciones, demostrando que el público es inteligente y sabe apreciar la calidad...
Grandes artistas y trabajos! Muy cierto, en la actualidad Muse siguen siendo unos grandes precursores de esta senda musical…
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo... Muse es uno de las pocas bandas que en mi opinión destacan en la actualidad, tienen un nivel altísimo. Es una opinión personal, pero en la mediocridad que impera en el panorama (comercial) actual, es muy de agradecer esta chispa genial... gracias por opinar!!
EliminarPero qué pedazo de artículo, entre lo más interesante que he leído en el búnker, y eso que aquí Mr. Crow nos tiene acostumbrados a un menú que ya lo quisiera el Adriá ese!!
ResponderEliminarUn tema que me encanta y un análisis profundo y documentado, he disfrutado un montón con este trabajazo sobre el Space Rock!!
Enhorabuena, Pablo, ha sido una gozada.
Muchas gracias!! Me alegra que te mole el menú... cuando se juntan dos de mis pasiones, el rock progresivo clásico y la temática espacial, es un gustazo escribir! Me parece un tema apasionante, y he disfrutado como un enano documentadome y escribiendo el artículo... gracias de nuevo!!
Eliminarcuando pensaba que no podrias superarte...vas tu...y te superas...un barazo y enhorabuena por el articulo!!
ResponderEliminarPues ahí estamos, Niki, buceando en las profundidades de la web y de mi discoteca... Es un placer cuando uno escribe sobre un tema que le encanta y además, vosotros lo apreciais, es una cosa que no tiene precio... muchas gracias!!!!
Eliminarun barazo..no!!..un abrazo..joe..
ResponderEliminarUn dato curioso: Empiezas la lista de Space Rock con Joe Meek y resaltando Telstar, y luego acabas con Muse. Pues bien, el guitarrista de The Tornados que grabó Telstar es el padre del cantante y guitarrista de Muse. Me imaginé que te haría gracia la casualidad si es que no lo sabías ya. ¡Un saludo!
ResponderEliminargghani haniermartin@hotmail.com
Bueno, realmente es un dato curiosísimo!!! No sabía yo la relación que comentas, es muy interesante que el círculo realmente se cierre! Muchas gracias por el apunte, muy muy curioso!!
EliminarDisculpas por escribir tan tarde en el tiempo, pero que interesante hubiese sido si, por ejemplo VDGG también creaba música del sub-género space-rock, una banda absolutamente maravillosa donde las halla desde 1960 hasta hoy en día.
ResponderEliminarDisculpas por escribir tan tarde en el tiempo, pero que interesante hubiese sido si, por ejemplo VDGG también creaba música del sub-género space-rock, una banda absolutamente maravillosa donde las halla desde 1960 hasta hoy en día.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu apunte, Diego... las respuestas nunca llegan tarde a este espacio!
ResponderEliminarQue Buena Información Saludos Que Estes Bien...
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