Mike Oldfield - Elements (por Irene Sanz)

Por si aún quedaba alguna duda de que en Música para el Búnker nos gusta Mike Oldfield –uno de esos artistas paradigmáticos que pasados unos años continuará teniendo una importancia capital en el mundo de la música, eso nadie puede negarlo- me ha dado por poner el ojo y la bala en el álbum recopilatorio Elements, un compendio diría grandioso con grandes temas de Oldfield hasta el año 1993, que es cuando este disco vio la luz de la mano de Virgin Records. Nada menos que dieciséis temas lo componen, a saber:





Así pues, podemos decir que Elements hace un recorrido muy aceptable por buena parte de los discos de Oldfield (Tubular Bells, Islands, Amarok, Ommadawn, Heaven´s Open…). Se trata de un disco de lo más variado, pasando por temas de cierto aire pop (caso de “Moonlight Shadow”, un tema que todo el mundo con seguridad ha escuchado en algún momento de su vida), celta (“Portsmouth” o “In Dulci Jubilo” se cuentan entre las canciones más popularmente encantadoras de Oldfield), o típicamente incalificables (caso de “Amarok”, que, como sostiene un fiel seguidor del Búnker con toda la razón, no es sino “la tormenta que da paso a la calma”, en este caso, The Songs Of Distant Earth, álbum nacido en el año 1994).

El primer tema del álbum, el de apertura de Tubular Bells, es ya todo un clásico en sí mismo, un referente para artistas posteriores de gran calado. Imposible pensar en Oldfield y no recordarlo por añadidura. Sobre “Moonlight Shadow”, “Heaven´s Open” o “To France” poco hay que decir. Baste con que el mundo entero con toda seguridad las conoce. Una servidora aún recuerda su niñez envuelta en estas melodías. Muchos de estos temas podrían fácilmente formar parte de las bandas sonoras de infinidad de personas.

Un tema que encuentro levemente menospreciado (aunque igual es solo una impresión subjetiva mía) es “Foreign Affair”. ¿Acaso se puede decir que es tan conocido como cualquiera de los arriba mencionados? Y sin embargo personalmente lo considero de una calidad superior. Pero eso lo dejo a juicio del oyente.




A partir del tema diez, “Islands”, otro tema que todos hemos escuchado más tarde o más temprano, aparece el Oldfield más genuino, ese que alardea de poder hacer con la música y con los elementos a su alcance su santa voluntad. Es el Oldfield sin freno, el auténtico. Ese que se permite el lujo, incluso, de copiarse a sí mismo. Eso lo podemos apreciar, por ejemplo, en The Music Of The Spheres, con el que cae, acertadamente o no, en la repetición de patrones ya usados con anterioridad. ¿O es que podemos afirmar que “Sentinel” no representa un paradigma para el tema “Harbinger”. El colmo del desenfreno musical (dicho finamente) es “Amarok”. Lo dicho, la tempestad tras la que llega la calma. Y para acabar el álbum nada mejor que la encantadora “Portsmouth”.

Elements es un disco que representa muy bien en general toda la trayectoria musical de Oldfield, un paseo maravilloso por todos los estilos que este genio de la música es capaz de tocar y dominar, aunque afortunadamente ya se haya quedado un poco anticuado, ya que eso es señal de que desde el año 1993 Oldfield ha sido capaz de crecer y perfeccionarse (véanse otros álbumes más modernos). Una auténtica preciosidad.


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