Música del Espacio Exterior: La Era del Space Age Pop (Primera Parte)


A finales de los años 40 del pasado siglo, y hasta bien entrados los 60, tuvo gran importancia - sobre todo en Estados Unidos - una corriente musical llamada "Space Age Pop". También llamado Bachelor Pop o Lounge, este estilo estaba sin duda marcado por el signo de aquellos tiempos: una incipiente carrera espacial - americanos y rusos ponían en órbita los primeros satélites -, avances en la tecnología - en el mercado musical aparecían los primeros aparatos estereofónicos - y los relatos y películas de ciencia ficción estaban en su apogeo.

La Space Age Pop incorporaba los más recientes avances en el sonido - bien a través de nuevas y modernas técnicas de grabación en los estudios, bien con el uso de avanzados instrumentos como el Theremin, o los primeros sintetizadores, como el RCA o el ANS, ambos norteamericanos y desarrollados durante los años cuarenta y cincuenta. Básicamente, es música pop ligera con pequeñas dosis de otros estilos como el jazz, el blues u otros más exóticos, como el calypso. Interpretada por orquestas, es una música optimista, con ciertos toques de buen humor, voces femeninas etéreas, ruidos extraños producidos por los ingenieros de sonido y efectos de sintetizador, todo ello aderezado con una estética futurista: viajes espaciales, chicas intergalácticas, héroes planetarios, robots de hojalata y extraterrestres recalcitrantes. Sin duda, este estilo respondía a un creciente interés por estos temas, interés al que no fueron ajenos los productores musicales y los compositores del momento, que comenzaron a publicar álbumes, a cada cual más exótico y espacial. En muchos casos, simplemente retocaban los títulos de los temas, convirtiendo palabras como "espacio" o "luna" en omnipresentes, y cambiando las letras, que a partir de entonces hablarían de romances cósmicos o lugares más allá de Andrómeda.

Os invito a que me acompañeis al espacio exterior, a un mundo a medio camino entre lo bizarro y lo friqui. Vamos allá.



Comenzamos con los auténticos pioneros de la era espacial. A finales de los cuarenta, Harry Revel (compositor de los temas) y Les Baxter (arreglista y director), tuvieron la idea de mezclar la música de orquesta imperante en aquella época, con la última tecnología en instrumentos, que en ese momento estaba representada por el Theremin. El artista encargado de interpretar la partitura para este instrumento fue Samuel J. Hoffmann, a la sazón un reputado "thereminista", si se permite la expresión. Aunque el género todavía no tenía los toques pop típicos de la Space Pop, ya era todo un avance para la época. Escuchemos tres de sus temas: Lunar Rhapsody, Moon Moods y Mist o' Moon, click aquí




De nuevo Les Baxter a la carga, en un claro ejemplo de cómo subirse al carro de la moda, manipulando la temática y el diseño de la portada. Y es que aquí no inventó nada nuevo: música de salón, interpretada por una orquesta, pero con títulos muy evocadores y sugerentes: Mr. Robot, Winds of Sirius, Saturday Night on Saturn... la portada del álbum es más que un evidente guiño a la moda, y según la crítica especializada, esta imagen fue uno de los motivos por los que el disco fue un gran éxito de ventas. Considerado un clásico, el álbum es una muestra de la maestría de su autor para el arreglo y la dirección. Haciendo click en este enlace escuchareis los tres títulos mencionados.




Aprovechando el tirón comercial que el vulcaniano de orejas picudas tenía a mediados de los sesenta, la discográfica Dot Records lanzó al mercado un disco que hoy día es un clásico de la Space Age Pop, exhibiendo al actor en su portada como reclamo publicitario. El productor y arreglista Charles Grean se hizo cargo del proyecto, que incluía temas narrados por el propio Leonard Nimoy (este actor co-escribió uno de sus cortes), así como números instrumentales y baladas cósmicas. Incorporaba también, cómo no, el uso de sintetizadores, para completar un álbum que es toda una joya para los aficionados al género. Escuchemos Star Trek theme, Music to watch space girls by (título un tanto calenturiento), y Where no man has gone before, aquí.



Para finalizar con esta primera entrega, un disco claramente innovador, que sirve de enlace entre un ya decadente estilo Space Age Pop y otros estilos de vanguardia, como la música concreta y la electroacústica. Si bien tiene elementos del género que hoy estamos repasando, "Song of the second moon" tiene ya generosas dosis de la psicodelia de los sesenta, alimentada por un empleo masivo de sintetizadores. Música en su concepto ya muy alejada de aquellos álbumes de Les Baxter, Harry Revel y compañía, pero que mantiene un gusto por los temas espaciales como sus antecesores, aunque entre de lleno en la experimentación. De este álbum escucharemos Song of the Second Moon, Sonik Re-entry y Orbit Aurora, click aquí. Como veis, corrían ya otros tiempos.

Comentarios

  1. Vaya, qué interesante artículo, me he queddo sorprendidísimo de lo que nos cuentas en él. Musicalmente además es muy curioso, me ha llegado al alma saber que Leonard Nimoy fue portada y algo más en un disco...de lo más friki jajajaja!!

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  2. Cierto, interesante, y además está muy simpático, me imagino que a los amantes de estos temas espaciales les provocará alguna que otra sonrisilla nostálgica, jejejeje. Y Highfire tiene razón, la portada del disco con Spock no puede ser más friki, jajajaajaa.
    Lo que me ha gustado por encima de otras cosas que dices es el disco de Les Baxter "Space Escapade", me resulta muy muy curioso que ante todo el público se fijase básicamente en las ropas de los componentes del grupo. Para que luego digan que las portadas de los discos no son esenciales para asegurar el éxito o el fracaso... Ahí se demuestra que el comprador se guía por la vista y luego por el oído.

    Un artículo muy redondo, tío, enhorabuena!

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  3. Gracias a los dos... sí, es un estilo que siempre me ha parecido interesante, por esa mezcla extraña de conceptos, y porque no deja de ser algo bastante ingenuo, visto desde nuestros días.
    Sobre la portada, hay mucho escrito sobre el poder que tiene una buena portada - vease Woodlander, The Question, por Mr. Highfire -. Con esto de los Cds., se ha perdido un poco el encanto del diseño, en mi opinión. Creo que los vinilos daban mucho más juego para eldiseño, y hay auténticas obras maestras en las portadas de los discos...

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