S. Rachmaninov: Concierto para piano Nº 2



omenzarás a escribir un concierto para piano... lo harás fácilmente... el concierto tendrá una gran calidad..." Estas palabras, pronunciadas por el Dr. Dahl en plan lavado de cerebro, tuvieron un enorme efecto sobre Sergei Rachmaninov (1873 - 1943), compositor ruso, que había acudido a este psicólogo para que le ayudase a salir del estado de apatía en que se hallaba. Su música era mal recibida por crítica y público, y esto le deprimía profundamente. Y el doctor le recetó su propia medicina: debía retomar su trabajo compositivo. Así pues, Rachmaninov se puso manos a la obra, y no hace falta decir que obtuvo un enorme éxito. Se convirtió en su obra más importante y recordada.

Hace unos días, mi amigo Francisco Javier apuntó en este vuestro blog que el Concierto para piano Nº 2 en Do menor de Rachmaninov también es imprescindible para él, así que le he tomado la palabra (gracias, Francisco Javier).
Vamos a escuchar su parte más conocida, el adagio sostenuto. Para esta obra tan especial, que me acompaña desde hace veinte años, he elegido la versión interpretada por la London Symphony Orchestra, dirigida por André Previn. Al piano, el señor Vladimir Ashkenazy (Decca).
Ahí es ná.




S. Rachmaninov: Concierto para piano, Nº 2,
Adagio sostenuto.

Comentarios

  1. Fernando López Angulo19 de marzo de 2010, 0:02

    Es para mi la obra maestra de Rachmaninov, y quizás una de las 10 mejores piezas clásicas de la historia. Sobran comentarios.
    Y encima maese Previn como guinda del pastel.
    Impresionante.

    ResponderEliminar
  2. Desde luego, Fernando, la obra maestra de este compositor... no sé en que puesto del "ranking" está, pero no creo que estés muy descaminado. De principio a fin es una maravilla. Si no fuera por razones de espacio, habría puesto todo el concierto!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Electric Light Orchestra: de peor a mejor

Los cinco mejores discos del Rock Progresivo Moderno (por Alvaro Fernández)

Los cinco mejores discos de la música New-Age (por Juan Carlos Bacino)